foto: idgie
Las Festes de la Mercè han sido cuatro días agotadores de no parar. Me ha faltado tiempo y el don de la ubicuidad; y me han sobrado multitudes y vendedores ambulantes de cerveza. Por experiencia sabía que no podría abarcar con todas las actividades y conciertos que tenía planeados, pero al menos he muerto en el intento.
El viernes aprovechamos para ir a la Sagrada Familia a ver la proyección "Oda a la vida", un espectáculo precioso que se convirtió en el fenómeno popular de las Festes. Ahí ya nos dimos nuestro primer baño de masas, aunque visto lo que pasó en los días posteriores, en que el agobio de gente fue insoportable, hicimos bien en ir el viernes. Esta elección supuso perdernos el concierto de Mishima, y en lugar de ir al Fòrum a esperar el concierto de Vetusta Morla nos fuimos a la plaça dels Àngels al concierto de Bigott (primer ataque masivo de vendedores ambulantes de cerveza a pesar de la campaña antilateros de la policía municipal de Bcn).
El sábado quedamos con M. para visitar la Sagrada Familia a las 16h de la tarde. A pesar de tener entradas anticipadas y de llegar antes de hora, nos encontramos que había cola para entrar, pero la espera no fue larga.
Hacia más de diez años que no visitaba la Sagrada Família por dentro y me quedé impresionada. Es preciosa! te deja sin habla y no puedes de dejar de mirarlo todo con admiración y la boca abierta. Es como entrar en el interior de un bosque, con esas columnas tan altas y esbeltas, y con esa manera que tiene de filtrarse la luz, como si fuera el sol entre el follaje. La luz resbala de una manera mágica y los vitrales de colores crean efectos de luces sorprendentes. La hora de visita nos pasó volando haciendo fotos sin parar: ya tengo ganas de ver como han quedado las Spinners (creo que M. alucinó un poco con nuestro despliegue de cámaras...).
foto: hiro
Después de la visita fuimos a tomar algo mientras hacíamos tiempo para el concierto de Love of Lesbian y The Kooks. Cuando llegamos a la antigua fabrica Damm, la multitud ya era considerable. Intentamos acercarnos al escenario por un lateral pero las vallas (demasiado altas y con telas!) impedían ver el concierto en condiciones. La música fue genial pero odio a muerte a la gente que va a los conciertos con el casco de la moto (y no para de darte golpes en el codo!) y los cotorra-compulsivos-amarga-conciertos! si quieren charlar porque no se van a un bar y dejan de joder a los demás!! (perdón, pero este tema me subleva).
Para terminar el concierto, los LOL nos regalaron esta canción inédita:
Entre concierto y concierto nos fuimos a comer un bocadillo donde pudimos. Cuando empezó el concierto de The Kooks la gente se había multiplicado y era misión imposible acercarte al escenario. Así que finalmente optamos por ver el concierto desde una pantalla gigante instalada en una calle lateral. En mi cabeza empezó a surgir la idea que no había mucha diferencia entre ver un concierto en la tele, en mi casa, y verlo en una pantalla gigante en medio de una calle. Y entonces fue cuando mi subconsciente me jugó una mala pasada: me convenció de que el concierto de Marlango había empezado a las 23h, cuando en realidad lo había hecho a las 22h. Así que decidimos ir hacia Plaça Espanya a reengancharnos a medio concierto de la Watling. Pero evidentemente, cuando llegamos el concierto ya había terminado hacía rato. Adiós a Leonor y adiós a medio concierto de The Kooks!
El domingo decidimos tomárnoslo con calma. Fuimos a ver una exposición interesantísima al CCCB: Souvenir. Martin Parr, fotografía y coleccionismo. Una reflexión divertida y curiosa sobre el coleccionismo y la fotografía turística como souvenir.
Luego, concierto tranquilo con la voz dulce de Maria Rodés. Bien, todo lo tranquilo que puede ser un concierto en el que seis (!!) vendedores ambulantes diferentes te molestan con su eterna letanía de "cerveza, beer.."
A continuación, metro hacia Pç Espanya para comprobar que el miniconcierto de Pastora (sólo cantaron 4 canciones) ya había terminado. Regresar al centro sin pausa para el concierto de Lidia Damunt (me sorprendió gratamente) y de Los Punsetes (brutal el hieratismo e inexpresividad de su cantante).
El lunes estaba muerta de cansancio. Así que nos limitamos a visitar el MACBA y el Palauet Albeniz.
Y ahora que las Festes de la Mercè han terminado, ahora sí, tengo que admitir que the summer is gone.