sábado, 18 de enero de 2020

Un año después, el blog todavía estaba allí


fotos: hiro

Coincidencias curiosas. Hoy hace exactamente un año de mi último post. En esa última entrada me proponía, como deseo de Año Nuevo, no olvidarme; y además, intentar actualizar más a menudo el blog. ¡Juas!
¿Resultado? Salta a la vista. Un año de ignorancia bloguera y yo, tan perdida como siempre.
Empiezo a asumir que este estado de insatisfacción permanente y de duda perenne es la esencia misma de la tan aburrida adultez (por cierto, que palabra más fea). 

¿Y que ha sido de mí este último año? Bien, todo sigue más o menos igual. 
Intente vivir "mi vida en Re" y casi lo consigo durante unos meses. Encontré un trabajo que me gustaba bastante, un jefe que confiaba en mí, una responsable que me adoraba, buenos compañeros... Pero un sueldo tirando a bajo y un horario de mierda con un solo día de descanso semanal. 

Entonces encontré otro curro. Mucho mejor pagado, de lunes a viernes y con horario intensivo. La pega: no me gustaba y me dejaba tan agotada que el resto del día no servia para nada. 
Tengo asumido que siempre he sido y seré un desastre en el tema laboral.

Sea como sea, he tenido la sensación de haberme pasado el 2019 trabajando sin parar. Ni vacaciones de verano, ni tiempo para escribir, ni leer, o disfrutar de nada. 
Con el 2020 empieza otra etapa totalmente incierta. Pero, sorprendentemente, este hecho -hablando vulgarmente- me la trae floja. Estoy en modo pasotismo total. También puede ser que el puto frío o el invierno me ayuden a verlo todo de vuelta. 
Aunque un paseo de mediodía por la playa, con un solecito digno de una primavera, haya hecho que algo se despertara tímidamente dentro de mí.

Lo único que ha renacido de momento, y con fuerza, ha sido mi pasión por la lectura. 
Comencé el año terminando Conversaciones entre amigos, de Sally Rooney. Hacía tiempo que tenía ganas de leer algo de esta autora (también le tengo ganas a Gente Normal), y debo decir que me ha gustado más de lo que esperaba, sobretodo después de algunos días de haberlo terminado. 
También me ha ha apasionado el estilo narrativo de Annie Ernaux en La mujer helada (de ella también tengo pendiente Los años). 
Ahora estoy a punto de terminar Llum (Luz, en su edición castellana) de Elisabet Riera. Una novela que narra la relación amorosa entre una mujer de 40 años y una niña de 12. Lo sé, el argumento suena inmoral y una versión femenina de Lolita, pero extrañamente el libro es mucho más que eso. Simplemente leedlo y me entenderéis. 
Y después vienen todos los libros de la foto:


Por cierto, ahora me doy cuenta que los tres últimos libros que he leído, y los que tengo pendientes, son todos escritos por mujeres. 

Musicalmente el 2019 ha sido bastante pobre. No he tenido ni tiempo, ni ganas de escuchar música nueva o explorar nuevos horizontes musicales. ¿Me estaré haciendo mayor? 
La única novedad que me ha acompañado estos últimos seis meses, y que he ido desgranando canción a canción según mi estado emocional variante, ha sido Fans del Sol de Oques Grasses.

En fin, no prometo actualizar más a menudo; aunque mucho peor que el año pasado ya no lo podré hacer, ¿verdad?