Pensaba que febrero sería un mes más benévolo, pero no. Viento, lluvia -mucha lluvia-, nieve, y frío, mucho frío. Por mi manía de llegar pronto a las citas, esta mañana he estado diez minutos helándome de frío en la puerta del centro médico. Yo, y todas las abuelas del barrio que esperaban impacientes a que abrieran las puertas como si aquello fuera el primer día de rebajas. Cuando por fin las han abierto, estampida de ancianas corriendo hacia el ascensor a lo Carros de Fuego. Yo he preferido subir por las escaleras, con lo que he llegado antes que ellas al mostrador.
Odio muy fuertemente que me quiten sangre. Mi aprensión a las agujas hace que una simple analítica se convierta en un suplicio y una tortura. Cada vez que me hacen un análisis de sangre intento visualizar que voy, me pinchan y me voy tan ancha a mi casa, como si lo de quitarme sangre fuera lo más natural del mundo. Juro que lo intento. Respiro hondo, entro tranquila, y mientras la enfermera-vampira me avisa que solo será un pinchazo, giro la cabeza para ignorar que todo aquello va conmigo. Ni siquiera me digno a mirar la aguja. Pero tras el robo sanguíneo viene el inevitable mareo.
Hoy he conseguido levantarme dignamente, mientras le aseguraba a la enfermera que estaba perfectamente. Pero a sido salir de la sala de extracciones y notar que mi tensión entraba en caída libre. He salvado mi dignidad sentándome en una silla en una tranquila y vacía sala de espera. Y entonces: sudor frío, vista nublada, mis manos estaban tan blancas que parecían de papel (no quiero imaginar como estaría mi cara). Monólogo interior de hiro: "respira hondo, expira, respira hondo... ¡por las diosas, qué nadie me vea en este estado!". Y es que cuando me entran esos mareos, llamar la atención del resto de la gente, todavía me pone más enferma.
ese gato era yo esta mañana
Cuando ya creía que empezaba a sentirme mejor, me han entrado unas ganas tremendas de vomitar y de ir al baño, ¡horror! Por suerte, he conseguido controlar el pánico y tras unos minutos -que me han parecido eternos- he empezado a encontrarme mejor.
Lo fuerte es que mientras ha durado mi agonía, han pasado dos enfermeras por delante de mis narices, y ni se han percatado de mi lamentable estado. En la zona de espera que había al lado de la mía, había una mujer enganchada a su móvil que tampoco se ha dado cuenta de nada. ¡Uf! no hay nada que me tranquilice más que saber que hubiera podido morir en un centro médico sin que nadie se hubiera dado cuenta (ironía, ironía).
A parte del incidente patético de esta mañana, el odioso frío no me ha impedido disfrutar de unos días de vacaciones del trabajo. He podido desperdiciar mi tiempo como si fuera millonaria, intentando no sentirme culpable por eso. El domingo tuvimos bollotertulia (con Falsa Identidad, de Sarah Waters) y después nos fuimos de fiesta con unas amigas al Apolo a ver actuar a Dolo.
Por cierto, esta semana nos han invitado a un programa de radio para hablar del Club de Lectura Lésbica. ¡Qué nervios!
Ostres, m'has fet patir llegint-te! Jo mira que sóc delicadet per segons quines coses, però per sort mai m'han fet cosa les agulles o que em treguin sang. Eh! Ja diràs a quin programa surts! Jo ho vull escoltar això! ;D
ResponderEliminarjaja això et passa per ser massa empàtic (i simpàtic ;p)
EliminarNo saps com m'agradaria que no em fes res que em punxessin perquè voldria donar sang però pateixo tant...! :/
Hi vam anar dijous però pots escoltar el programa en format podcast (quina vergonya... però vam riure molt).
Pd: ja et passaré el link per whatsapp ;)
Madre mía qué cuadro! Pero a ver mujer aclárate, querías que te vieran o no? Si te camuflas así no me extraña que no se hayan percatado que estabas fatal! Y basta ya de puto frío y lluvia joder!
ResponderEliminarY SUBE SUBE EL TERMÓMETRO NO BAJA SUBE LA TEMPERATURAAAAAAAA
jajaja cuando estoy así prefiero que no me vean y me dejen tranquila, porque la vergüenza que paso empeora mi estado. Pero igualmente me choca que pasara desapercibida porque en mi fuero interno aquello era un infierno XD
EliminarVaga de frío y lluvia yaaaa!! primavera come here, te conjurooo!
pd: Aix... cuando Dolo me abrazo para hacerse la foto conmigo si que subió la temperatura jajajaja
¡Jo, Hiro! Me pasaba exactamente igual que a ti con los análisis de sangre. Han sido años y años odiándolos a muerte porque después de la extracción sentía lo mismo que tú has descrito. De hecho, leerte ha sido como revivir uno de mis mareos. Por fortuna, he encontrado la forma de que no me vuelva a pasar. Te la comento por si te sirve de algo.
ResponderEliminarPor circunstancias que no vienen al caso, llevo dos/tres años teniéndome que hacer análisis de sangre con bastante frecuencia y, claro, era una tortura para mí. Así que empecé a observarme atentamente para ver si encontraba la clave de los mismos. Gracias a esa observación me di cuenta de dos cosas: 1. Mi diálogo interno era nefasto (pensaba todo el rato en que me iba a marear y en lo mal que lo iba a pasar); 2. Mi cuerpo estaba muy tenso, especialmente mis hombros, que estaba muy contraída. Como lo mental no lo podía controlar del todo (la mente a veces parece que tiene vida propia), lo que hice fue relajar completamente mi cuerpo justo antes de que me fueran a pinchar. Bajé por completo los hombros y destensioné todos mis músculos, a la vez que respiraba con normalidad (también me di cuenta de que dejaba de respirar mientras me pinchaban, y eso es fatal). Y, ¡voilá! No me he vuelto a marear nunca más.
Espero que te sirva de algo, Hiro, porque realmente se pasa fatal. ¡Un besazo y ya pasarás ese programa de radio con tan buena pinta!
¡Por fin encuentro a alguien que me entiende y le pasa lo mismo que a mí!!
Eliminar¡Gracias por los tips! la próxima vez -que espero que sea de aquí muuuuucho, muuuucho tiempo- seguiré tus consejos, a ver si rebajando la tensión y centrándome en la respiración, consigo esquivar los mareos.
¡Otro beso enorme para ti!
Pd: el programa lo grabamos medio en catalán, medio en castellano, pero si te interesa puedes recuperarlo en la web de InOutRadio