El verano está casi a la vuelta de la esquina. Los días se alargan, y el aumento de horas de luz crea la tonta ilusión que el tiempo también se expande. Pero a la práctica, los días pasan muy rápido, y todos los planes mentales que habías ideado se vuelven irrealizables. Aún así, esta última semana y media ha dado para mucho.
Hemos vuelto a aprovechar la oferta de "miércoles al cine" para ver Maléfica. En un principio, mi único interés por ver esta película era Angelina Jolie, y tal vez por esta falta de expectativas la película me gustó mucho y disfruté de esta versión atípica del cuento de la Bella Durmiente. Al resto del público también le gustó, ya que aplaudieron espontáneamente al acabar la película. Siempre me sorprenderá que la gente aplauda en el cine...
Otra cosa que me sorprende son las conversaciones curiosas y divertidas con desconocid@s agradables en el tren, en un mercado, en la cola del banco... Aunque también hay algunas desconocidas en concreto que te recuerdan que existe mucha gente mezquina, egoísta y maleducada en el mundo. Por culpa de una persona como esa, Id no pudo disfrutar completamente de un regalo que hacía tiempo le tenía reservado. Ese regalo era mi libro de Sant Jordi para ella.
Como le había gustado mucho
Alicia en un mundo real, y
Sonrisas de Bombay, le quería regalar
Sansamba, la nueva novela gráfica de
Isabel Franc y
Susanna Martín. Pero como el 23 de abril todavía no se había publicado, decidí esperar a que saliera y así regalárselo firmado por las autoras.
presentación de Sansamba (foto: Id)
La ocasión ideal se presentó el pasado jueves, el día que las autoras presentaban el libro en Barcelona. El acto tubo lugar en la
Olokuti, una tienda muy chula de Gràcia con un jardín interior precioso. La presentación estuvo muy bien y tras finalizar el acto, hubo un piscolabis con bebida típica senegalesa. Mientras, quien quisiera, podía hacer cola para que las autoras le firmaran el libro. Eso es lo que hicimos pero la cola avanzaba lentamente y el tiempo se agotaba. Y justo cuando nos tocaba a nosotras, se nos coló la chica que teníamos detrás, y eso que ya le habíamos avisado dos veces (!!) que nosotras íbamos delante. La muy caradura, al ver que la encargada de la librería quería cerrar, se coló sibilinamente y ella fue la última en tener un ejemplar de
Sansamba con una dedicatoria-ilustración muy chula de Susanna Martín. Nosotras no nos quedamos sin dedicatoria, pero la nuestra fue la versión rápida y sin dibujo (en su lugar, nos estamparon un sello).
Id se quedó bastante chafada porque después de esperar más de media hora, una tía egoísta y mezquina, consiguió tener la ilustración que ella quería. Me supo muy mal por Id, porque quería que el regalo del libro fuera especial, y no que se llevara un disgusto.
Pero eso ha sido la única nota negativa de una semana que también ha dado para una excursión muy peculiar a las playas de Sant Adrià y al Delta del Llobregat para buscar localizaciones para una sesión fotográfica. Me encantó eso de poder observar tan de cerca el aterrizaje de los aviones en el Prat. Cada cinco minutos, sobrevolando nuestras cabezas, un avión enorme nos enseñaba su barriga mientras desplegaba el tren de aterrizaje. Vistos tan de cerca los aviones parece que se muevan con una extraña mezcla de lentitud y velocidad. Es muy curioso que un chisme tan pesado y grande pueda flotar con tanta ligereza.
El buen tiempo también activa los encuentros sociales, casuales o no. Desayunos dulces con Jeia en la cafetería del
forn Mistral (los mejores mini
-croissanes de la ciudad!), zumos de tres frutas con Cat y su novio en La Nena, los primeros helados del verano con Id, tapas y sangría en la Barceloneta con La Noia y la Chica Azul... Con estas amigas también repetimos excursión al Turó de la Rovira y nos lo pasamos genial. Y es que nunca me canso de contemplar la ciudad desde las alturas.
A pesar de tanta actividad, nos quedaron muchas cosas por hacer y lugares a donde ir. Pero el verano está al caer y como siempre, viene cargado de posibilidades.