viernes, 24 de mayo de 2013

a pesar de la lluvia

El mes de mayo está pasando tan rápido que acabará y no me habré dado ni cuenta. El tiempo pasa deprisa cuando se es feliz. 
Tal vez por eso no me fastidió tanto, como diría dEsoRdeN, la putalluvia de esta última semana. Y eso que truncó mucho de los planes que tenía preparados; entre ellos la Noche de los Museos. 
Algo tan simple como convivir durante una semana y media con Idgie, como si por fin viviéramos juntas, es lo que consigue hacerme feliz. Cosas simples como cocinar juntas, poner lavadoras, compartir la cama, ver la tele, hacer la compra, invitar a amigos a comer... Esos actos tan cotidianos para la mayoría de las parejas, en nuestro caso sigue siendo una excepción y una fuente de placer y diversión.  Por ejemplo, nos lo pasamos genial haciendo pizzas caseras -nos salieron riquísimas-, con todo un reportaje fotográfico que lo atestigua (sí, Id hace fotos de todo) y batidos de fresa.
También hicimos una excursión hasta el Turó de la Rovira. En la cima de esta montaña, las autoridades republicanas, para combatir los bombardeos que sufría Barcelona durante la Guerra Civil, instalaron unas baterías antiaéreas. Ahora el lugar se ha convertido en el mejor mirador de la ciudad, con vistas de 360º.

vistas desde el Turó de la Rovira  (foto: hiro)

La lluvia nos arruinó muchos planes pero, por una vez, y sin que sirva de precedente, no me molestó. Solamente lo hizo el día en que habíamos quedado para conocer a alguien especial: otra persona que he conocido gracias a este blog. La fuimos a recoger a la estación de Sants y fuimos a desayunar al Federal. Allí, como si fuera la Noche de Reyes, nos regaló unos libros preciosos y más cosas. Ante tanta generosidad y admiración admito que me sentí abrumada, pero esta amiga nos explicó como Id y yo le habíamos devuelto la fe en las personas y lo mucho que le había ayudado mi blog. Y eso es una de las cosas más bonitas que me han dicho nunca. 
Después fuimos al CaixaForum a ver la fantástica exposición sobre Georges Méliès. Me gustó tanto que pienso volver. Y tras comer en La Nena, volvimos a repetir en La Pedrera, la exposición de Chema Madoz. 

Tampoco pudimos ir, por incompatibilidad de horarios y días, a la Filmoteca, pero nos montamos una sesión casera con humus, en lugar de palomitas, para ver La invención de Hugo. Y es que a grandes males, grandes remedios.

Y hablando de cine, tengo unas ganas infinitas de ver La vida de Adele, la adaptación cinematográfica de la novela gráfica de Julie Maroh El azul es un color cálido. Tanto la película, como la actriz Adèle Exachorpoulos, suenan como firmes candidatas para ganar la Palma de Oro del Festival de Cannes.


jueves, 9 de mayo de 2013

recuerdos universitarios




Hace unos días, encontré estos escritos en la puerta del lavabo de una biblioteca. Me hizo gracia y los fotografié. Me recordó cuando en la universidad, una amiga y yo solíamos anotar los garabatos anónimos que más nos gustaban de las puertas de los lavabos. Como la nuestra era una facultad de letras, los había de lo más poéticos y filosóficos. A veces, incluso, se iniciaba un debate con la aportación de otras caligrafías posteriores que daban su opinión sobre lo escrito. 
Esos textos efímeros acababan desapareciendo con el tiempo y por un arrebato de las señoras de la limpieza. Las notas que tomé de ellos también acabaron desvaneciéndose, seguramente en el curso de una mudanza.


He vuelto a visitar mi antigua universidad varias veces. Me encanta el edificio, su jardín, el claustro... La biblioteca enorme e imponente, cuyo suelo de madera cruje bajo los pies, haciéndote sentir culpable por quebrantar ese silencio sagrado, cargado de sabiduría.
¿Siento añoranza de mi época universitaria? Tal vez sí. La vida parecía tan fácil entonces, todo era posible y el mundo estaba lleno de promesas y espectativas...
Paseo por el antiguo patio y me parece que sigo estudiando ahí, que el tiempo no ha pasado. Mis recuerdos de la universidad me parecen tan recientes como si fueran de ayer; y sin embargo, me comparo con los estudiantes actuales y noto el abismo que nos separa. Es extraño, el tiempo es tan engañoso! Nadie piensa que va a envejecer... (cumplir años a finales de mes me está empezando a poner melancólica).
Eso me recuerda una frase que Richard Jenkins dice en Liberal Arts: "nadie se siente adulto, ese es el secreto"
A pesar de la tirria que me produce el personaje de Ted Mosby, me gustó mucho la última película de Josh Radnor. Una historia que habla de hacerse mayor, acceptar quien eres y de donde te encuentras en la vida. 
Además tiene una magnífica bso que me ha hecho descubrir piezas de música clásica maravillosas (como la Meditación de Thais de Massenet) y como una área de Mozart puede volver a todo el mundo más atractivo. Os la recomiendo!


pd: me acabo de dar cuenta que precisamente hoy este blog cumple un año!

sábado, 4 de mayo de 2013

contra la procrastinación


"La lista es el origen de la cultura" 
Umberto Eco

Últimamente la procrastinación domina mis días. Un ejemplo gráfico de ello es mi armario, donde en un caos de prendas, los jersey de lana conviven con las camisetas de manga corta. Tengo que guardar y separar la ropa de invierno, pero la pereza y su inercia no me lo permiten. 
Sólo tengo ganas de tumbarme en la terraza a leer e ignorar el desorden de mi vida. Me distraigo mirando las nubes y su pausado deslizar por el cielo. Pasan lentas como el tiempo, me digo. Esa idea me parece fácil; hasta mi creatividad se vuelve holgazana.
El tiempo pasa lento porque tengo ganas que llegue la segunda quincena de mayo. Este mes se prevé intenso y lleno actividades: la Noche de los Museos, un encuentro con alguien especial, una feria Modernista, la exposición dedicada a Méliès, visitas múltiples a la Filmoteca para ver Mädchen in Uniform, Historias de Filadelfia y My Fair Lady, semana en casa de Idgie, etc.

Saco mi libreta de notas y hago una lista. La segunda de esta semana. El otro día confeccioné una de libros pendientes con las bibliotecas correspondientes donde encontrarlos. Será divertido emprender la búsqueda de esos libros diseminados por la ciudad, como si de una ruta turística bibliotecaria se tratase.
Empiezo a encontrarle encanto a eso de hacer listas; son un buen revulsivo contra la inercia y la procratinación. 
Según Susan Sontag las listas confieren valor y garantía de existencia:
"Percibo valor, confiero valor, creo valor, incluso creo -o garantizo- existencia. Por lo tanto, mi obligación de hacer "listas." Las cosas (la música de Beethoven, las películas, las empresas de negocios) no existirán a menos que yo indique mi interés en ellas por lo menos anotando sus nombres."
Recuerdo que hace tiempo, Id y yo confeccionamos una lista absurda con las cosas que compraríamos si fuéramos ricas. En ella, creo recordar, abundaban las cámaras de fotos, los libros y muchos viajes.

Y a vosotro@s, ¿os gusta hacer listas?

*gracias B52s por el link del artículo.