miércoles, 26 de abril de 2017

cansancio aislante


Después de los días de relax de Semana Santa que pasamos en mi pueblo y haciendo excursiones por parajes y montañas mágicas, la vida -de repente- se aceleró. Después del maratón de cinco entrevista, me llamaron para comunicarme que me daban el puesto; pero primero me quedaba una semana intensa en el otro trabajo temporal. Conocí a gente nueva y aprendí rutinas nuevas que sorprendentemente me encantaron y en las que me sentí muy a gusto.
En medio de esto, un concierto de Pajaro Sunrise que estuvo genial pero que no disfruté del todo. Mientras el resto de público estaba conectado con la música, yo me sentía como si llevara un traje impermeable que me impedía disfrutar del concierto. Me sentía aislada de los demás. Creo que era por el cansancio.
Después del concierto nos fuimos de copas con las Heteras, pero la sensación de desconexión persistía. Como al día siguiente me tocaba madrugar nos fuimos relativamente pronto del local.

El fin de semana de Sant Jordi fue agotador. Trabajar en una librería esos días se parece mucho a sobrevivir a un holocausto zombie. El sábado parecía que regaláramos los libros, en la librería no cabía ni un alfiler. La gente me agarraba del brazo, me pedía con mirada suplicante que le ayudara a encontrar un libro, o que le recomendara una lectura para su novio de 21 años al que no le gustaba leer, etc.

ojalá hubiera tenido una escalera como esa para huir de alguna gente en la librería

Pero lo peor llegó el día de Sant Jordi. El domingo me tocó estar en la parada que teníamos en Rambla Catalunya. A las diez de la mañana había tanta gente que cuando volví a mirar el reloj ya eran las 15h de la tarde. Había tanto trabajo que no paré ni un segundo. Y por la tarde, más de lo mismo. La multitud solo disminuyó cuando empezó el Madrid-Barça.
A pesar del cansancio, me lo pasé muy bien con los compañeros. Por suerte el ambiente laboral era muy bueno, todo el mundo era muy majo (lo contrario que en mi curro anterior).
Después de recoger la parada y los libros (ya casi a las 10 de la noche) Id vino a recogerme en moto. Estaba agotada. Era el primer Sant Jordi que no pasábamos juntas paseando por Barcelona. Suerte que por la mañana ya nos habíamos intercambiado nuestros libros (ella me regaló este libro y yo ese).

Al día siguiente estaba hecha polvo, y además me levanté con una contractura muscular que me ha durado hasta hoy. El cansancio me ha dejado bastante desmotivada y sin energía.
Por suerte no empiezo en el otro trabajo hasta aquí un par de semanas. Todavía no he asimilado que haya conseguido superar un proceso de selección tan largo. Ahora solo tengo ganas de descansar, leer, dormir y de sofá.

Hablando de sofá, ya hemos terminado las series Feud y Big Little Lies (la banda sonora es fantástica). Las dos series me han encantado, además tienen unas actuaciones femeninas geniales. Os las recomiendo.

sábado, 8 de abril de 2017

como una caja de cereales



Esta semana he ido a dos entrevistas de trabajo. Una era la continuación de ese maratón de entrevistas de que os hablé. Y la otra, fue una entrevista relámpago de la que salí con el trabajo bajo el brazo (bueno, un trabajo de una semana, eh?).
De tanto contar mi vida en las entrevistas estoy perfecionando mi relato. Tanto, que cada vez que lo cuento me suena más irreal. No hay nada que odie más en el mundo que "presentarme" ante los demás. Como si una pudiera resumir quien es y de que 'ingredientes' está hecha, como si fuera una caja de cereales. Además todo debe sonar compacto, bien articulado, obviando los errores y los defectos, disfrazándolos de virtudes y habilidades.
Parece que soy buena ficcionando mi vida, o eso parece de momento. Después de cada entrevista voy recibiendo mails felicitándome por haber pasado a la siguiente fase. De momento 4 de 5. Confieso que ya tengo ganas de mandarles a la mierda de agotamiento. 

El otro día debería haber pedido a El Santet un poco de paciencia y perseverancia, pero me olvidé. Aprovechando que iba a probar un bicicleta preciosa -que al final no compré porqué me di cuenta que no me la puedo permitir- a Poblenou, hicimos turismo por el barrio. Visitamos el cementerio en busca de El Santet, toda un rock star de los muertos. Su tumba parece un altar donde los fans le escriben peticiones, le traen flores y demás promesas (los exvotos de cera son de los más creepys). Junto a nosotras llegó un numeroso grupo de turistas, dirigidos por el guía del cementerio, que nos animó a despedirnos rápido de El Santet.
De ahí intentamos ir a hacer unas tapas a la Barceloneta pero el barrio ya empieza a estar demasiado saturado de turistas. Igualmente valió la pena pasear con la moto por Barcelona, la primavera le sienta genial a esta ciudad.
Id me "obligó" a comprarme una chaqueta de moto decente para poder llevarme de excursión fuera de Barcelona. Ahora me siento robocop pero también más segura.

Stuart Murdoch

En cambio comprarme las entradas para el concierto de Belle and Sebastian para el Festival Jardins de Pedralbes me dejó inquieta. Las entradas eran carísimas y la última vez que compré unas para verles, Stuart Murdoch se puso enfermo y se suspendió el bolo. Tendré que ir a pedirle a El Santet que esta vez no pase nada.

Y otro grupo que también tengo ganas de volver a ver en directo son los Mishima. El 5 de mayo sacan nuevo disco (Ara i res) y su adelanto "Qui més estima" (Quien más ama) me ha entusiasmado.