Los cambios de hora me alteran los biorrítmos: arrastro cansancio, apatía y sueño durante varios días hasta que mi cuerpo se ajusta al nuevo horario. Este post, por ejemplo, me ha costado el doble de escribir de lo habitual porque tengo la cabeza espesa. Además me deprime que anochezca tan pronto y hace dos días que arrastro un resfriado que han convertido mi nariz en una fuente de mocos.
A eso hay que sumarle que este fin de semana fueron las Ferias, la fiesta más importante de mi pueblo. Todos mis tíos, primos y sobrinos vinieron el domingo a comer a casa en la ya tradicional comida familiar de Ferias; el evento familiar más importante y numeroso del año. Nadie se quiere perder la Feria y como la familia se va ampliando con nuevos miembros, cada año batimos récords de asistencia.
Mi madre, dos días antes, como una posesa empezó a hacer canalones en cantidades industriales (sobraron más de dos bandejas). Finalmente fuimos 28 comensales (¡suerte que el comedor de casa es grande!). El tiempo de verano hizo que los niños pudieran jugar en la terraza mientras "los mayores" hacíamos la sobremesa.
Como hace ya cuatro años (¡qué rápido pasa el tiempo!) Id también vino a pasar las Ferias a mi casa, y como mis tías y primos no son tontos, ya la tratan como si fuera una más de la familia (eso incluye peticiones de "hazle fotos a mis niños" "tienes que recomendarme una cámara", "tienes que hacerme un curso de fotografía", bla, bla, bla).
En este tipo de reuniones familiares, ya sabemos por experiencia que hay temas (política, fútbol...) que no se deben tocar si no queremos que aquello termine en una tercera guerra mundial. Y más cuando se tienen primos del Real Madrid y ese fin de semana coincide con El Clásico (¡Visca el Barça! :D). Pero aún así, no pudieron evitarse algunos rifirrafes y trifulcas que por suerte no fueron a más. Aunque durante la mañana, ya presenciamos una pelea entre primas en plena feria por una chorrada que me recordó riñas pretéritas de la niñez (yo no estuve involucrada en ninguna, me incomodan ese tipo de situaciones).
Por suerte la cosa se tranquilizó y acabamos todos en las casetas de los vinos catando vermuts y vinos blancos. También subí con mis primas y sobrinos a los autos de choque, la única atracción en la que puedo subir sin marearme (patético, sip... ¬¬'). Y como el año pasado me quedé con ganas de comprarme un gatito persa de pelo corto adorable (valía 150€!).
Y last but not least, la respuesta a la pregunta "trending topic" del fin de semana entre las bolleras es:
Y last but not least, la respuesta a la pregunta "trending topic" del fin de semana entre las bolleras es:
"No, no he visto todavía La vie d'Adèle. "
¡Lo sé, es imperdonable! (snif tamaño XXL) Y más con las ganas que tengo de ver esta película, y eso que ya teníamos planeado ir el domingo por la tarde... Pero las circunstancias y el cambio de hora lo impidieron (y que la película durara 180 min. y que el cine más próximo estuviera a 1h de viaje). Y como Id y yo hemos acordado que la veremos juntas, por incompatibilidad de agendas no podremos verla hasta la semana que viene (snif, snif, snif...). Cuando lo haya hecho prometo un post-crítica con mis impresiones sobre la película.
Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos
(foto Matteo Montanari)