lunes, 29 de abril de 2013

persistencia


A ratos ruidosa como una multitud, a ratos silenciosa y fría como la muerte, la lluvia nos sigue acompañando desde hace cuatro días. Esta sucesión interminable de pequeñas agujas acuosas tiene el poder, por acumulación, de arruinar una fiesta. Pero esta vez no me ha importado. Hace años que la celebración de la ermita de mi pueblo ha dejado de emocionarme. Cuando era niña, ese día disfrutaba explorando la montaña con mis amigos. Ahora, ha pasado a ser un día más de comilona en familia pero en versión campestre. 
La lluvia en primavera no me disgusta tanto como en otoño; tal vez porque vamos de cara al verano y la considero una molestia necesaria para que llegue el buen tiempo. Además la lluvia me predispone al recogimiento y a la reflexión, y eso le ha venido bien a mi efervescente cabeza. También he aprovechado para leer; en mi mesa se acumulan los libros pendientes, y eso que estoy leyendo tres a la vez.

Por fin me he acostumbrado a mis gafas nuevas y ya me reconozco cuando me veo en los espejos. A mí madre, cosa que no me esperaba, le han gustado mucho. Dice que ahora luzco "más moderna". 
Ella y mi padre llegaron el viernes de su primer viaje del Imserso. Mi padre disfrutó de la experiencia, pero mi madre ya ha asegurado que éste ha sido su primer y último viaje, dice que no está para estos trotes. Como una gran nube negra, la negatividad de mi madre siempre está dispuesta a tapar el sol más radiante. Me exaspera su pesimismo. Creo que por eso -y por supervivencia- he desarollado un sentido del optimismo tan acusado. 
Por mi parte, le expliqué lo del concurso de relatos y que quedé finalista. La respuesta de mi madre: ninguna. Ese silencio, en su caso, es más positivo que negativo: mi madre es parca en halagos pero generosa en la crítica. Y aunque hace tiempo que he asumido que nunca podré satisfacerla, ni ser la hija que ella esperaba, una parte de mí -cada vez más menguante- sigue esperando que algún día se sienta orgullosa de mí.

jueves, 25 de abril de 2013

anécdotas que amargan un día



Si tuviera que hacer un símil meteorológico de como fue la Diada de Sant Jordi, diría que empezó como un espléndido día de primavera cargado de promesas que se trucó por una inesperada y maldita tormenta de media tarde. Pero vayamos por partes.

El lunes acompañé a Idgie a recoger su premio. Fue en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona después del Pregó de la Lectura, que este año corrió a cargo del escritor Albert Sánchez Piñol. Fue estraño y excitante encontrarnos en un acto como ese, rodeados de gente de la cultura y la política y en un lugar tan bonito como el Saló de Cent. Idgie -por una vez- fue la que tuvo que posar para las cámaras y le regalaron un ejemplar de Victus firmado por el autor.
No es que fuera un gran premio pero me hizo ilusión que Idgie ganara.

Al día siguiente nos lanzamos a las calles llenas de alegría y cámaras de fotos. El día de Sant Jordi es uno de mis preferidos del año y una de las fiesta que más me enorgullecen como catalana. Además es nuestro día particular de los enamorados, y Barcelona está tan guapa llena de flores, libros y gente paseando... Bajamos por las Ramblas, que moteadas por los rayos de sol que se filtraban por el follaje, parecían vestidas de lunares. Giramos por Portaferrissa, pasamos por la Plaça de la Catedral y nos detuvimos en la plaça de Sant Jaume. Allí Id me pidió que esperara mientras ella desaparecía durante unos minutos. Cuando regresó traía una rosa y un libro. Me regaló ¿Eres mi madre? la nueva novela gráfica de Alison Blechdel y yo este libro de fotografía de Vivian Maier.
Cogidas de la mano, seguimos paseando por el centro y disfrutando del buen tiempo y de la ciudad.

Después de comer teníamos que marcharnos de Barcelona. Esa tarde, quien debía acudir a una entrega de premios era yo. El viernes anterior me habían llamado para comunicarme que había quedado finalista en un premio de relatos breves que organizaba el periódico de la ciudad de Id. 
Pero en el metro, cuando íbamos de camino a coger el tren, llegó "la tormenta". Mientras pasábamos las barras de salida del metro, Idgie notó un ligero tirón y cuando se dio cuenta le habían robado el móvil. Fuimos tras la mujer con pinta chunga -como diría Manray- que Id tenía detrás en el momento del hurto, pero ésta nos aseguró que no había robado nada mientras no paraba de enseñarnos un bolso vacío (su cara chunga decía todo lo contrario). Id dice que le pareció ver como pasaba el teléfono a un hombre que salía del metro, con quien debía estar compinchada. Se lo explicamos a unos policías que nos encontramos inmediatamente por la calle. Nos dijeron que no podían hacer nada, pero que pusiéramos una denuncia.
Me entristecí mucho por Idgie, sé que es que te roben y el sentimiento de rabia, impotencia y desprotección que te queda. Con todo, perdimos varios trenes y llegamos justas y estresadas a la entrega de premios.
La anécdota del robatorio eclipsó un día que había sido estupendo.

No, finalmente no gané el premio pero quedé finalista entre más de 500 relatos y próximamente publicarán mi escrito en un número especial del diario (quien no se consuela es porque no quiere, verdad?).

Y vosotr@s, ¿cómo pasasteis el día de Sant Jordi? 

jueves, 18 de abril de 2013

la primavera ha llegado a la ciudad



 Parc Güell, foto: hiro

Es primavera y los dias pasan rápido, se intesifican. Se piensa menos en vivir porque se vive más, y una se siente invencible.
Esta última semana ha sido trepidante, sin tiempo suficiente para detenerme a actualizar. Estos últimos días darían para muchos post pero me limitaré a condensar y esbozar lo que han dado de sí.

Primero de todo anunciaros que he pasado a engrosar ese ejercito de gafapastas que tanto abundan en la ciudad. Mi hermana pequeña dice que finalmente tengo pinta de modernilla, y no sólo lo soy de corazón (ni caso ¬¬) Idgie también tiene gafas nuevas, pero las suyas son metálicas y negras; y si yo parezco una "nerd", ella con camisa negra y una cámara de fotos parece un versión reducida de Annie Leibovitz
La semana pasada fuimos a la óptica nueva de Arale. Mola que una amiga te revise la vista; ya no sientes esa ansiedad de exámen cuando te preguntan las letras del cartel luminoso. La confianza te permite preguntarlo todo y probarte casi todas las gafas de la tienda (sí, la pobre Arale tuvo una paciencia infinita con nosotras...).

foto: Id

El viernes nos fuimos de picnic al Parc Güell con Manray, que nos acogió en su casa durante un par de días ante la visita inesperada de Reikiana & Cia. en casa de Id.
Siempre me sorprende lo bonito que es el Parc Güell, pero temo que tanto turismo acabe matando el lugar. Admiramos las vistas y nos lo pasamos genial haciendo fotos.
De camino a Barcelona, en el tren, un desliz con las nuevas tecnologías nos hizo llorar de risa. Por error Idgie, en lugar de enviarle una foto por bluetooth a Manray (una foto que yo le acababa de hacer a Manray), la envió al bluetooth de una desconocida que viajaba en el mismo vagón. "Se va a pensar que quieres ligar con ella, Manray" le dijimos llorando de risa ante su azoramiento.

Y de Gaudí a Gaudí, también visitamos la fantástica exposición dedicada a Chema Madoz en La Pedrera. ¡Os la recomiendo! La entrada es gratuita y estará abierta hasta el 28 de julio.
Con el buen tiempo también han vuelto nuestros paseos por Barcelona, el descubrimiento de nuevos locales, rincones, grafitis..., y las cañas compartidas con diferentes amigos en plazas de Gràcia o en el Eixample.

bar Marsella, foto: Id

Finalmente pude visitar el mítico Marsella, que se resiste a cerrar (el día 31 de marzo se les acababa el contrato pero el propietario del bar ha decido que seguirá abierto hasta que llegue a un acuerdo). La visita valió la pena, aunque la absenta no me emocionó. El local es decrépito, sucio y apesta a azúcar quemado y absenta, pero tiene un encanto decadente que seduce y lo hace especial. El aviso de cierre ha hecho que la clientela del local -con cámaras en mano- aumente. 
Me recordó a otro bar mítico y canalla del Raval, El Pastis, que hace algunos años también peligró con cerrar.

Y at last, but not least, ayer le comunicaron a Idgie que había quedado 2ª en un concurso de fotografía! ¡Estoy tan contenta por ella! se lo merece!

Por cierto, ¿habéis escuchado el nuevo disco de Manel? ¿soy la única a quién le ha decepcionado? no sé, quizá sea uno de esos discos que mejoran a base de escucharlos...
En cambio, quien no me ha decepcionado en absoluto son Camera Obscura. Ayer lanzaron el primer single, "Do it again", de su nuevo álbum "Desire Lines" (saldrá el 3 de junio) y me encantó.


martes, 9 de abril de 2013

de bares

Los bebedores de abasenta, Edgar Degas

Entre los muchos tópicos que existen sobre las lesbianas -algunos falsos y otros no- hay uno que afirma que las bolleras no llevamos bolso, sino bolsa. Bien, en este caso, en mi caso, es cierto; ya que siempre me han gustado los bolsos grandes porque tengo tendencia a llevar de todo rollo Mary Poppins. Esto me plantea ciertos problemas logísticos, como cuando me suena el móvil y tardo tanto en encontrarlo que entonces ya han colgado. O en el momento de buscar las llaves de casa, y más cuando llevo un juego de llaves de tres casas diferentes: la de mis padres, la del piso de Barcelona y ahora la de casa de Idgie. Cada vez tengo más complejo de caracol o de Albert Om, siempre con la maleta a cuestas. Una semana viviendo en una casa y a la siguiente, en otra; como si la precariedad laboral también se hubiera extendido a este ámbito de mi vida.

Este fin de semana, por ejemplo, en parte lo pasamos en casa de Manu y Cecile. Desde que Id tuvo una charla-discusión catártica con su hermano, su relación ha mejorado exponencialmente. Además, que Cecile parezca adorarnos también ha contribuido a ello. Los dos forman una pareja bastante especial. A ellos les encanta frecuentar la Barcelona decadente, la de los antros decrépitos de Ciutat Vella que tanto les gustan. Locales poblados por una fauna de personajes bohemios y peculiares que parecen sacados de una novela de Zola.

Hablando de antros... Id tiene pendiente llevarme al Marsella a beber absenta antes de que lo clausuren.

martes, 2 de abril de 2013

Traduttore, traditore


La Semana Santa ha terminado y sorprendentemente no he engordado ni un kilo. Y eso que hace un par de días que no paro de comer Mona en el desayuno, de postre y en la merienda. Y es que tengo la absurda teoría - "sacada del sobaco" como diría mi hermana - que los sofocos menopáusicos queman mis calorías sobrantes (algo efecto secundario bueno tendrá que tener esta menopausia química, no?)
A parte de zampar compulsivamente en una gula sin fin, esta semana también me he dedicado a leer, quedar con amigos del pueblo, tumblear, corregir y traducir.
Sí, amig@s, por fin -y como si no tuviera suficiente trabajo con dos blogs, dos tumblrs y un pinterest- me he unido al abnegado y altruista grupo de traductores de Subtitulos.es
Siempre me había preguntado que movía a la gente a subir y compartir películas y series en internet. ¿Afán de protagonismo? ¿Ganas de joder al sistema? ¿Una filantropía desinteresada? ¿Y que me decís del trabajo de subtitular series a contrareloj para que los fans puedan disfrutar del estreno de un capítulo nuevo al día siguiente? Un ejemplo claro es el de Juego de Tronos: la tercera temporada se estrenó en USA el día 31 de marzo y el lunes por la mañana ya pude disfrutar del primer capítulo subtitulado.
Sigo desconociendo cuál es la verdadera motivación que lleva a todas esas personas a trabajar gratis (?) pero sí sé porqué ahora me he decidido a hacerlo yo.

Cuando se anunció que la BBC estrenaba una sitcom lésbica protagonizada por la cómica Sue Perkins, Idgie y yo buscamos la serie en los lugares habituales (series.ly, series yonkis...) pero nadie la subía. Después de muchas pesquisas y bucear por los bajos fondos de internet, Idgie consiguió hacerse con los capítulos y los subtítulos en inglés. Pasada una semana, y a la vista que nadie parecía interesarse en traducir y subir Heading Out, Id me propuso que lo hiciéramos nosotras. Tras muchos años de disfrutar de series bollos gracias al esfuerzo de otras lesbianas-traductoras, decidimos que era el momento de contribuir a la causa con nuestro granito de arena. Y ya puestas, decidimos hacerlo subtitulando la serie al catalán, ya que en Budines ya empezaban a hacerlo en español. 
Si mirar The L Word en versión original le hizo mucho bien a mi nivel de listening, traducir Heading Out es una manera fantástica de refrescar mi gramática inglesa. 
Si os interesa la serie, podréis encontrarla aquí (próximamente Idgie también la subirá en su canal de youtube).

Por cierto, colgué esta foto de Sue Perkins en el tumblr, y aluciné con el éxito (638 notas de momento) y los comentarios que tuvo.