October is coming. Tras las fiestas de la Mercè y el mes de septiembre agonizando, ahora sí: el verano ha terminado.
Unas fiestas que, aunque planeadas con más calma y tranquilidad que otros años, me han dejado agotada. Hemos contabilizado la cantidad de kilómetros que andamos durante esos 5 días de fiestas y suman la cantidad que reza el título del post. Alucinante! y eso que hemos utilizado el transporte público!
Además de sorprenderme con la capacidad de nuestros pies para andar, estas fiestas de la Mercè han servido para reforzar mi odio hacia las masas, y más concretamente hacia la gente maleducada, incívica y estúpida. Y a pesar de que pueda sonar cruel, también hacia los niños malcriados y chillones y sus respectivos padres.
Y es que estos 5 días han dado para mucho. Una fiesta en la Lomography store (no sé porqué les hago tanta propaganda con lo borde que es la nueva dependienta) llena de modernos y mucho postureo. Eso sí, ver que una de mis fotos había sido escogida entre las diez mejores en una exposición sorpresa, me proporcionó un placer similar al de darles a todos esos hipsters engreídos un zas enorme en toda la boca.
Al día siguiente, visita al nuevo Born Centre Cultural. Me encantó el espacio y las dos exposiciones, y eso que en principio no era muy fan del proyecto.
Por la tarde, primer baño de multitudes en la Plaça de Sant Jaume para ver el ya tradicional espectáculo de proyecciones en la fachada del ayuntamiento. Cola delante del Conesa para comprar un bocadillo y conversaciones entretenidas con desconocidos. Después, uno de los conciertos (Blaumut) más extraños de mi vida en la Av. Maria Cristina. Eran más de las diez de la noche y aquello parecía un concierto del club Super 3, lleno de niños y padres. Además de tener una de las zonas VIP más absurdas y clasistas que he visto en años. Pijos e hijos bebiendo cava y charlando como cotorras delante del escenario, haciéndose fotos y sin dejar que el resto del público pudiéramos ver nada. Todo muy WTF.
A la mañana siguiente, espectaculares números circenses en el Castell de Montjuïc (otra vez rodeadas de niños y padres maleducados -empiezo a temer que son una epidemia...). Eso sí, para llegar hasta el castillo, viaje tercermundista en un bus lleno hasta los topes y con un calor tropical (mecagonelputotmb!)
Para compensar, concierto tranquilo y de calidad en la Antigua Fábrica Damm con The Free Fall Band. Geniales en concierto.
The Free Fall Band (foto: Id)
Domingo visita fugaz al Lost & Found, donde Id se compró una cámara Zeiss antigua preciosa y que todavía funciona. Por la tarde, salimos de marcha pronto hacia la primera fiesta churrera de la temporada en el Apolo. Una fiesta considerada gay/lésbica, pero que como siempre tenía más de gay que de bollo (creo que junto a otra pareja de chicas nosotras éramos las únicas bolleras del local). Tras escuchar todos los hits de Raffaella Carra y Marisol, nos dirigimos hacia la plaça dels Àngels para escuchar a Pau Vallvé. Bien "escuchar" sería un eufemismo, porque era imposible -y eso que estábamos en las primeras filas- enterarse de nada con el cotorreo general del público y el continuo acoso de los vendedores de cerveza. Id y yo acabamos con un cabreo tan grande que nos fuimos antes de hora.
Por suerte, el concierto de Anímic estuvo mucho mejor. Nos sorprendieron mucho y nos encantó su directo; y sobretodo su cantante Louise Sansom.
Después nos quedamos un rato en el concierto de Standstill, más por su impactante puesta en escena que por su música, pero aquello era insoportable. Más que en un concierto parecía que estuviéramos en un botellón multitudinario.
Pau Vallvé (foto: Id)
Después nos quedamos un rato en el concierto de Standstill, más por su impactante puesta en escena que por su música, pero aquello era insoportable. Más que en un concierto parecía que estuviéramos en un botellón multitudinario.
El lunes fue tranquilo. Brunch en el Tarannà con Jei y después visita a la Sagrada Familia. Siempre que visito esa filigrana arquitectónica estoy al borde del síndrome de Stendhal. Según este vídeo, que pudimos disfrutar en primicia durante la visita, la Sagrada Familia estará terminada en el 2026!
Sagrada Família (foto: Hiro)
Al anochecer paseo por la Ciutadella, ahora más conscientes -tras la exposición del Born- que pisábamos un suelo lleno de historia y memoria colectiva.
El martes, con la energía ya por el suelo, visita fortuita al Palau de la Generalitat, y la cavalcada de la Mercè con cientos de gigantes y cabezudos. Y a pesar de vivir relativamente cerca de Pl. Espanya, perderme el Piromusical por no poder soportar más muchedumbres.
El resto de semana lo he empleado en recuperar mis pies y mi energía vital. Ahora, en caliente, os prometería que el año que viene pasaré de les Festes de la Mercè y huiré de la ciudad. Pero la memoria, junto al olvido, son muy putas y seguro que el año que viene reincido y olvido la promesa; y más si el BAM tiene un buen cartel.