martes, 28 de octubre de 2014

posts pendientes



Los días pasan rápido y tengo la sensación que no tengo tiempo para nada. Poco a poco voy adaptándome a los cambios, a las nuevas rutinas: que me atrasen una hora no ayuda mucho, la verdad... Tengo déficit de sueño y de tiempo y eso me da rabia, porque me encanta dormir y tener tranquilidad para escribir y perderme en la blogosfera.
Llevo una semana con un post pendiente, que a golpe de días ha perdido actualidad y vigencia. En él os explicaba lo mucho que me había gustado Boyhood e ir al teatro con Id -¡por primera vez! Fuimos a ver Iaia, protagonizada por la gran Montserrat Carulla, en su último papel antes de retirarse de los escenarios. Nos gustó la obra, y nos prometimos volver a ir más a menudo al teatro.
En ese post no escrito también os contaba que fuimos a una feria de Novios a hacer espionaje industrial (preguntar precios de reportajes fotográficos, mirar álbumes, espiar a la competencia...), y lo divertido que fue hacernos pasar por una pareja que planeaba casarse. Aunque al cabo de un rato empezó a ser agobiante tanto acoso comercial y tareas pendientes: "¿ya tenéis el restaurante reservado? ¿tenéis vestido? ¿conocéis a nuestro equipo de maquilladoras y peluqueras? ¿y las flores? ¿detalles para los invitados? ¿os interesa alquilar una limusina? ¿habéis planeado vuestro viaje de novios?..." ¡Uf! sólo con pensar en planear una boda de esas me entra dolor de cabeza! Y eso que nuestros amigos no paran de preguntarnos cuando nos casaremos...


Otra cosa que me daba dolor de cabeza, o mejor dicho, mucha pereza, era encontrarme de nuevo con mi cuñado El Imbécil y mi hermana. Y es que este fin de semana ha sido la Feria de mi pueblo y como cada año, toda la familia al completo (tías, primos, sobrinos...) venían para la tradicional comida megafamiliar de ferias. Este año éramos unos 30.


En principio El Imbécil no tenía que venir pero se presentó en el último momento. No hace falta decir que ni Id ni yo le saludamos ni le dirigimos la palabra -ni una mísera mirada. Para nosotras NO existe. Mis padres y hermanas le ignoraron bastante, aunque con el barullo de tíos, primos y niños, lo incómodo de la situación pasó desapercibido para el resto. Después de la comida, mi hermana mayor aprovechó un momento para hablar conmigo a solas. Sus explicaciones y justificaciones me supieron a poco; o más bien sirvieron para enervarme todavía más y darme cuenta de lo cegada que está. 
Obviando este triste episodio, el resto de la Feria fue genial. Me reencontré con viejos amigos, catamos vinos, comimos churros, subí a los autos de choque con mis sobrinos, cenamos con Jan y Mei y compramos vinos para nuestra "bodega" particular. Y queda claro que mis primos y tíos adoran a Id, que han bautizado como "La Fotógrafa".

Este vídeo está dedicado a todos los Imbéciles que pueblan este mundo:

martes, 14 de octubre de 2014

ya he perdido la cuenta de todas las mundanzas que he hecho en mi vida


Nunca pensé que la cosa llegaría así, de manera inesperada, pero la vida es una caja de bombones de sorpresas. ¿De que habla? ¿Qué le ha pasado? os estaréis preguntando... Pues que por fin, después de casi 5 años (los cumpliremos el mes que viene) Id y yo vivimos juntas.
Bien, vivimos juntas y ...con su madre (las cosas no pueden ser siempre tan bonitas). ¿Y como hemos llegado a esa feliz convivencia? pues por culpa del imbécil de mi cuñado. En algún otro post creo que ya os había hablado de lo "bellísima persona" que es (tengo la sensación que esas comillas no expresan lo suficiente mi cabreo y mi sarcasmo). 
Mi hermana mayor y su marido no están pasando por el mejor momento de su matrimonio, y aunque yo provisionalmente estaba viviendo con ellos (tienen un piso enorme), procuraba hacer mi vida. Pero claro, cuando ves y oyes a un imbécil tratar mal a tu hermana y a tus sobrinos, una tiene sus límites. Y además para joderme -supongo- me "sugirió" que no quería volver a ver a Id por su casa. Así que como os podréis imaginar, después de una escena muy desagradable, me largué de allí. Pero el disgusto más grande fue ver como mi hermana no hizo ni dijo nada para evitarlo, y a dejado que el capullo de su marido se comporte como un cabrón conmigo. Todavía espero una llamada de teléfono, que me prometió, para hablar-disculparse conmigo. Para toda mi familia es una pena comprobar como ese sujeto ha absorbido a mi hermana hasta conseguir aislarla de todos nosotros. 
En fin, por lo menos la parte buena del asunto es que ahora vivo con Id (y su madre) en su miniciudad. Cada día tengo que coger el tren para ir a trabajar pero he ganado en tranquilidad y felicidad. Su madre, tras explicarle toda la historia, no ha tenido ningún problema en acogerme en su casa, y de momento nuestra pequeña convivencia va de maravilla.


Además, ahora aprovecho mis miniviajes en tren para leer y escuchar música. He terminado Los enamoramientos de Javier Marías, que me ha gustado bastante; aunque en algunos momentos su prosa se me hacía algo cargante con tanta frase subordinada.
Ahora estoy leyendo La formula preferida del profesor de Yoko Ogawa y me está entusiasmando. Ha conseguido que las matemáticas me vuelvan a interesar, y eso que siempre tuve una relación amor/odio con esa asignatura. He leído que existe una adaptación de la novela, así que cuando la termine, la miraré.


Y para terminar, si como Rob -el protagonista de Alta fidelidad- erais fans de hacer recopilaciones en casetes de canciones románticas, para ir de viaje, de fiesta, etc., Tape on me es vuestra web. 

martes, 7 de octubre de 2014

banalidades que se convierten en perlas


Hace casi un mes que empezó el curso escolar y en las puertas de las guarderías y las escuelas todavía se escucha a niños llorando. De camino al trabajo me los cruzo y me da penita verlos con esa cara de puchero y llorando desconsoladamente. No entienden porque se les obliga a ir a un lugar desconocido, regido por normas extrañas, donde deben quedarse solos y rodeados de gente desconocida. Envidio esa capacidad que tiene los niños de llorar espontáneamente, sin vergüenza, expresando de manera directa que algo les angustia y acongoja. 
A mí, por ejemplo, me gustaría poder echarme a llorar cada vez que tengo que hacer uno transbordo largo de metro, porque los odio a rabiar. Aunque con las orejas impregnadas en música consigo que ese trance resulte menos traumático. Como decía Josh Radnor en Liberal Arts, con la banda sonora adecuada, lo divino puede emerger de la cotidianidad más prosaica. Y es que una de las cosas más fantásticas de la música es que dota a las escenas más anodinas de significado. Todas las banalidades se convierten en perlas divinas y resplandecientes. Y ahora estoy citando a ese productor musical fracasado que Mark Ruffalo interpreta en Begin Again


Me hubiera gustado mucho dedicarle un post a esta película. Salí del cine entusiasmada, y eso que el listón tras Once -el film anterior de John Carney- estaba muy alto. Me hubiera gustado contaros que me volví a enamorar de Keira Knightley; que me gustó mucho la banda sonora; explicaros el soplo de optimismo que infunde la película; porque sí, yo también creo que la música puede cambiarte la vida. Que me encantó la escena en la que ella y Mark Ruffalo pasean de noche por las calles de Nueva York escuchando canciones; y es que "se sabe mucho de una persona por sus playlists". Y también la escena en la que Dan (Ruffalo), borracho, se va imaginando los arreglos musicales que añadiría a la canción que está interpretando Gretta (Knightley). 
Estas últimas semanas, Lost Stars me ha acompañado en mis paseos por la ciudad y en esos odiados transbordos (creo que me quedo con la versión más intimista de Keira, aunque la versión de Adam Levine también me gusta).


Pero una vez más ha quedado demostrado que Belle and Sebastian y Camera Obscura siguen siendo la mejor banda sonora para convertir en perlas la realidad más banal. Que me acompañen cada mañana por la calles de Barcelona es tan placentero como oler el primer café del día.
Pero el suplicio de los transbordos subterráneos ha terminado en parte, porque desde hace un par de semanas soy socia del Bicing. Recibí el carné con gran alegría pero tras una semana utilizando el servicio, estoy bastante cabreada. ¡Imposible encontrar una bici cuando la necesito, imposible devolverla cuando llego a mi destinación! Un día me pasé media hora buscando un punto de aparcamiento porque todos estaban o averiados o cerrados. ¡Indignante! Así que si estáis pensando en haceros usuarios del Bicing os recomiendo que no lo hagáis. Una vergüenza el servicio y el estado de algunas bicis y estaciones. 
Y hasta aquí mi momento indignación. Y para no terminar el post con malas vibraciones, música buenrollera please!