lunes, 24 de noviembre de 2014

semana maratoniana


Esta última semana ha sido como una cursa de obstáculos, donde cada día era una valla que saltar, que superar.
En todo deporte, el aspecto psicológico es importante. Una debe fijarse un punto, una meta, un final que alcanzar para que la dificultad de los obstáculos quede minimizada. ¿La recompensa? Llegar a la meta, saber que se ha sido capaz. De hecho desde el principio, sabes que es una lucha contigo misma, pero eso no le resta dificultad. 
Lo que llevo mal de las semanas maratonianas es la falta de sueño y tiempo para mí, y el poco que rescato sirve para descansar, desconectar pero no para pensar o soñar.
Conseguí arañar unas horas para ir al cine con Id, a ver Orígenes. Cuando se terminó la película y aparecieron las primeras letras, tuvimos que marcharnos deprisa, y eso que somos de esas que no se levantan hasta que terminan los títulos de crédito. Y es que con la película todavía resonándome en la cabeza, con una sensación de irrealidad vertiginosa, tenía que marcharme otra vez a trabajar. Me gusta salir del cine en silencio y tranquilidad, con las emociones todavía suspendidas en el aire, volteándome, esperando que encuentren su lugar. Odio que las obligaciones me usurpen esos pequeños placeres.
Esa prisas hicieron que digiriera la película demasiado deprisa. Pero el regusto que me dejó fue bueno, a pesar de un toque excesivamente trágico que no puedo olvidar cada vez que subo a un ascensor. Fe vs. razón, y un final abierto a todas las interpretaciones, con la belleza de unos ojos que se te queda grabada en la retina. 
Id los tiene igual de bonitos y únicos. Unos ojos pardos que también reconocería entre un millón.

el ojo multicolor de Id (aquí no se aprecian todos los colores)

A parte de ir al cine, los pocos instantes de tranquilidad los he utilizado para leer y escuchar música. Ya he termiando Kafka en la orilla, de Murakami, que junto a Tokio blues, es el libro que más me ha gustado del autor nipón. No tanto por su argumento, que a medida que avanza se va volviendo más onírico e inexplicable, sino por la creación de personajes y ambientes. 

ilustración de Zara Picken

Y la joya musical de la semana ha sido el nuevo disco de She & Him, Classics, lleno de canciones maravillosas que nunca te cansas de escuchar.

lunes, 17 de noviembre de 2014

so lucky to be loving you


Dicen que el tiempo pasa rápido cuando te lo pasas bien o eres feliz. Así se entiende que 5 años puedan parecer un suspiro y te dejen ganas de más. 
El viernes, Id y yo cumplimos 5 años de pareja. ¡Cinco años! si lo pienso, si soy consciente de la suma de días que comporta, confieso que siento cierto vértigo. Me parece increíble que el tiempo haya pasado tan rápido, porque siento que todo empezó ayer. Y también siento que cada año que pasa la quiero más y ya no puedo imaginar como era mi vida antes de conocerla.  
Días, semanas, meses... que se han ido sobreponiendo fácilmente, dejando un sedimento de buenos recuerdos e instantes de felicidad. En estos 5 años también ha habido algún momento malo, alguna discusión, pero nada importante que no se haya solucionado con compresión y mucho amor. 
Para celebrar nuestro primer lustro -y como os comenté- teníamos planeado ir al teatro y a cenar, pero al sr. Murphy no le gustó la idea y decidió intervenir (¡qué mal me cae ese tío!). Por suerte pudimos vender las entradas, pero el viernes llovió (¿otra vez el pesado de Murphy?!!) y en lugar de ir al restaurante con terraza que teníamos pensado, optamos por una cena más informal en un restaurante cerca de casa.
But nevermind! El sábado teníamos un planazo y esta vez Murphy no se atrevió a presentarse, ¡hala! 
Hacía mucho tiempo que quería ir de excursión a La Fageda d'en Jordà, un bosque de hayas precioso que hay en la comarca de La Garrotxa; y para celebrar nuestro aniversario decidimos ir. Además, dicen que en otoño está precioso, y que es la estación ideal para visitar La Fageda, ya que entonces se puede apreciar el cambio de hojas y sus diferentes tonalidades.

La Fageda d'en Jordà

Cuando llegamos a la Fageda, lo primero que nos sorprendió fue la cantidad de gente que había en la zona de aparcamiento. ¡Aquello parecía PortAventura! Pudimos aparcar de milagro y gracias a un señor andorrano muy amable que movió su coche para que cupiera el nuestro. 
El parque ofrece diferentes rutas, según el grado de dificultad, y el tiempo de que se disponga. Nosotras decidimos hacer la ruta sencilla, la Joan Maragall (en honor al poema que el escritor dedicó al lugar), y que discurre por el bosque de hayas.
A causa de las temperaturas relativamente suaves de lo que llevamos de otoño, el cambio de hoja todavía no estaba en su máximo esplendor, pero aún así, la belleza del lugar es espectacular. Una empieza a adentrarse en el bosque como quien entra en un mundo mágico y a medida que pasa el tiempo la fascinación del lugar, te va cautivando y te atrapa. Es como si entraras en un bosque de cuento. Los árboles son tan altos que las copas, tocándose en el cielo, parecen las bóvedas de un catedral gótica. Y la manera que tiene la luz de colarse entre las hojas es fascinante. En ese sentido, el interior de la Sagrada Família de Gaudí se le asemeja bastante.



A pesar de cantidad de gente que había, pudimos disfrutar del paseo, aunque un poco de silencio no hubiera estado mal. Las dos disfrutamos haciendo fotos, y lo que en principio era un ruta de 30 minutos, nos costó 2 horas. 
Como siempre, nos quedamos con ganas de más. Así que La Fageda promete ser una excursión recurrente. 
Después de nuestro paseo, decidimos ir a comer a Besalú, un pueblo con un casco antiguo y un puente medieval precioso.

Besalú

Tras una breve visita al pueblo, por falta de tiempo y de luz (¡cómo odio que anochezca tan rápido!) nos dirigimos hacia Barcelona. Allí nos esperaban la Chica Azul y la Noia, con quienes teníamos otra cosa que celebrar. 
Fuimos a cenar a El dinàmic, un nuevo restaurante en el barrio de Sant Antoni (el barrio de moda ahora en Bcn). El local, un antiguo taller mecánico, es lo mejor, ya que reproduce la estética de un terrado, con un jardín vertical y una cascada incluida. La comida es buena y los precios muy asequibles. Nos gustó mucho, y como está cerca de muchos de nuestros bares preferidos, ha convertido Sant Antoni en nuestro barrio gastronómico preferido.

El Dinàmic

De ahí, nos fuimos a tomar unas copas a otro bar, y charlando, charlando, se nos pasó la noche.
Cuando regresamos a casa, parecía que hacía siglos que nos habíamos marchado. Fue un día genial y una celebración de cumpleaños inolvidable. Ahora a por el sexto! :)

Si supiera cantar tan bien como Zooey, le dedicaría esta canción a Id:

martes, 11 de noviembre de 2014

Por fin llegó el día


 fotos (fuente Facebook)

Tanto esperar el 9N por fin llegó. Y como en ese gag del siempre genial Polònia, personalmente lo viví como una cursa de obstáculos.
Hasta el mismo domingo, no supe si podría ir a votar, y es que el sábado me levanté con un dolor de garganta de esos en los que duele hasta tragar. Como me tocaba votar en mi minipueblo, y estaba un poco pachucha, Id intentó que alguien nos dejara un coche, pero no tuvimos suerte. Además el sábado me tocó trabajar; y como los sábados el último tren de la tarde hacia mi remoto pueblo no funciona, opté -finalmente, y si me encontraba bien- en marcharme al día siguiente (domingo) en tren.
Para distraer la espera, el sábado por la tarde, Id y yo fuimos a cenar al Mercantic, aprovechando que ese fin de semana se instalaban las mismas rulots y caravanas del Van Van Market que tanto triunfaron en las fiestas de la Mercè.


foto (fuente)

El Mercantic es un mercado situado en Sant Cugat del Vallès (cerca de Barcelona) dedicado a la compra y venta de antigüedades, subastas y derribos arquitectónicos. Ubicados en diferentes tiendas, algunas en el patio exterior, otras en pequeñas tiendas instaladas dentro de una antigua fábrica de ladrillos, conviven cerca de 90 comerciantes: anticuarios, almonedas, artesanos, coleccionistas... No conocíamos el lugar y nos encantó. El espacio es de lo más encantador y original, con un toque vintage de lo más nostálgico. Me encantó el antiguo almacén reconvertido en una librería de libros de segunda mano enorme, que además, comparte espacio con El Siglo, un bar con música en directo y decorado con estanterías repletas de libros.

foto (fuente)

En el exterior, y muy bien distribuidas, estaban las caravanas del VanVan Market. Esta vez, nos acercamos a la rulot del Petit Bangkok donde comimos unos Pad Thai riquísimos, y después probamos las croquetas sublimes del Rey de la Croqueta (que se merece, con todos los honores, ese título). 
Id todavía alucina en cómo es posible, que viviendo tan cerca, nunca hubiéramos ido antes al Mercantic. Y es que nos gustó tanto el lugar, que hemos decidido que volveremos pronto, seguramente para el Vintage Fest de principios de diciembre.

foto (fuente Facebook)

Tras el sábado, llegó el gran día. Nos levantamos temprano y nos dirigimos hacia el instituto donde debía votar Id. Cuando llegamos, nos sorprendió la cantidad de gente que había en la calle, y sobretodo las colas. Pero la gente no parecía contrariada por ello, al contrario, en sus caras podías ver alegría, emoción, ilusión... Era la cola más alegre que había visto en mi vida. Familias enteras (abuelos, hijos, nietos, mascotas...) iban juntos a votar, se hacían fotos junto a la urna, votando, con sus pequeños en brazos, para conservar un recuerdo de ese día que todo el mundo coincidía en calificar de "histórico".  
Y es que era imposible no emocionarse viendo la actitud de la gente, sobretodo de muchos ancianos, que pese a sus limitaciones físicas, quisieron ir a votar.

foto: hiro

¿Y es que cómo se le puede negar a un pueblo su derecho a decidir? ¿a votar? ¿Cómo puede decir un gobierno que la democracia ha ganado porque ha impedido que la gente vote y se exprese? 

Después de votar, Id me acompañó a Barcelona. En las calles se respiraba un ambiente de fiesta e ilusión todavía mayor, a pesar de que algunos ultras intentaron inútilmente aguar la fiesta (¿cómo permiten que esta gentuza siga haciendo apología del fascismo a sus anchas?).
Id tomó algunas fotos y luego me dejó en la estación, donde cogí el tren rumbo a mi minipueblo. Después de dos horas y media de viaje (sí, Renfe tan eficiente como siempre ¬¬) llegué, y me fui directamente de la estación a mi lugar de votación. Allí no había colas (es lo que tienen los minipueblos) y finalmente también yo pude votar.

foto: hiro

¿Y ahora qué pasará? a juzgar por la actitud post-9N del gobierno del PP parece que nada. Siguen haciéndose los sordos, a pesar de que más de 2 millones de personas hayan dicho que la situación debe cambiar.  Y luego se extrañan de los resultados de la encuesta del CIS...


Pd: Ya estamos a martes y todavía no hemos vendido las entradas. Tenemos un par de personas interesadas pero si se queda solo en eso, temo que tendremos que comernos las entradas con patatas...

-nota post-edición: ¡Por fin hemos vendido las entrada! A ver si ahora podemos ir otro día a ver la función juntas.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Mi gozo en un pozo


Hay noticia buenas que traen bajo el brazo otra de mala. ¡Odio al Sr. Murphy y a la madre que lo parió!
¿Recordáis que hace unas semanas Id y yo fuimos al teatro y nos dijimos que repetiríamos pronto? Pues bien, para celebrar nuestro quinto aniversario -que es la semana que viene- compramos dos entradas para ir a ver Sister Act: nos hacía mucha ilusión ir a ver un musical. 
Estudiamos bien el día, la hora, los asientos... y también que el precio fuera asequible (¡no veáis lo caras que son las localidades en platea!). Compramos las entradas alegremente, deseando que llegara ya el día de ir al teatro. (Y sí, ahora es cuando aparece el puñetero "PERO").
PERO hoy ha llegado la buena noticia: le han ofrecido un trabajo de tardes a Id. Así que imposible llegar al teatro a tiempo, snif... Nuestro gozo en un pozo.
Si alguno de vosotros está interesado -o conoce a alguien que pueda estarlo- en comprar un par de entradas para ir a ver Sister Act el jueves 13, a las 20h, las pongo a la venta.

Para más información,  me podéis enviar un privado al facebook o un mail a la dirección del blog: segundasoportunidadesblog@gmail.com