jueves, 22 de noviembre de 2012

evasiones montañeras


fotos: idgie


Después de esos días oscuros en que le di demasiadas vueltas al coco,  ha sido una maravilla poder escapar y pasar tiempo con Idgie. 
El viernes fuimos a Gràcia a cenar para celebrar nuestro aniversario. Cuando salimos del restaurante nos topamos con una lluvia incesante que nos obligó a correr por las calles. Me encanta correr bajo la lluvia si es verano, pero si estamos en noviembre ya es otra cosa...

El sábado teníamos comida familiar con todo el clan Taro. El primo de Id ha encontrado trabajo en Barcelona, así que él y su novio dejarán Ibiza y a finales de mes se mudarán a nuestro barrio favorito, Gràcia. La madre de Id organizó una comida familiar al completo para darles la bienvenida. Pero antes de comer tuvimos que presenciar el espectáculo de música y luces del hermano de Idgie, el director de cine. No paró de abrir y cerrar lámparas y quitar bombillas, hasta que consiguió iluminar la mesa a su gusto. Y después llegó el turno de la música. Buscó y resbuscó cds hasta que encontró uno de jazz que fue de su agrado para acompañar la escena. Todo muy friki. Luego llegó mi cuñada con su hijo, el Intocable (sí, aún sigue siendo intocable aunque en menos medida) y empezó otro espectáculo: el de la mejor madre y el bebé más extraordinario del mundo.
A pesar de todo, la comida fue bastante bien, y por una vez fue agradable que el número de parejas heteros y homos estuviera equilibrado.  Después de comer, hubo la típica sobremesa y partidas de Rummy. Todo muy bien iluminado y con jazz de fondo como si estuviéramos en una peli de Woody Allen.

El domingo fuimos a ver una Jornada Castellera y nos tomamos el día de relax; al día siguiente habíamos quedado con Manray para hacer una excursión hasta la Mola, una montaña de 1.104 m en el Parc Natural de Sant Llorenç del Munt.
Nos levantamos temprano y empezamos el ascenso a pesar del cielo nublado. Mi estado de forma es patético, así que la primera media hora me supuso un sobreesfuerzo penoso. A medio camino encontramos un pequeño bosque repleto de setas que parecía el poblado de los Pitufos. Extasiadas como niñas, Idgie y Manray sacaron las cámaras y empezaron a fotografiar todo tipo de hongos. En fin, como diríamos en mi pueblo, un comportamiento muy "quemacu" (de ciudad, vamos). Tras el safari fotográfico, continuamos con el ascenso, pero entonces nos dimos cuenta que nos habíamos perdido. Pero por arte de magia apareció un hombre corriendo que nos indicó el camino. Casi una hora más tarde llegamos a la cima y al monasterio de Sant Llorenç del Munt.


Llegar a la cima de una montaña despierta una euforia atávica y muy orgánica: la satisfacción de haber llegado, de haber superado un límite, de haberlo conseguido.
Después de un baile a lo María von Trapp (sí, estoy un poco pirada) y de muchas fotos (con burros incluidos), comida al aire libre con unas vistas excepcionales. Y si todo lo que sube, baja, empezamos el descenso sin mucha demora porque las horas de luz son cada vez más escasas. Es curioso lo fácil que es bajar una montaña con lo difícil que es subirla. No todos los procesos inversos piden la misma fuerza.
Al día siguiente y al otro, las agujetas me persiguieron insistentemente en cada movimiento que hacia, pero aún así, repetiría la experiencia. Tal vez cuando regrese la primavera...


4 comentarios:

  1. Val a dir, toi i que no m'agradi l'adjectiu normal, q les parelles gays erem els més normals de tots. Vamos, que si el dinar va ser peculiar no va ser per nosaltres, sino pq els meus germans són uns frikis i estan sonats... Pobre, ma mare...

    Peró com diria la Manray, quan tornem a pujar a la mola?? ;D

    Mlts petons!!

    Pd: tu tb fas molta gracia amb les teves sortides de poble!! i sobretot el teu ball a lo sound of music!!! )p

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  2. genial!!!! m'encanta com espliques o narres hitòries, es nota que t'agrada molt el cinema, tens un punt narratiu molt cinèfil! quan tornem a pujar a la mola!?

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  3. ¡Pero qué bien! me encanta leer estas cosas que cuentas cuando te reúnes con tus hermanas o con la familia de Id. es cierto, siempre me viene a la cabeza alguna imagen de una peli de Allen, y es que os lo pasáis bastante bien. Parece todo tan peculiar...
    Me acordé de ti el finde pasado. Mi hermano estuvo en una boda, en la Casa Batlló, era la primera vez que visitaba Barcelona y vino encantado, deseando repetir. Y yo me acuerdo de ti porque eres la única catalana que "conozco".
    Qué bonito lo del aniversario, aunque llueva -también me encanta la lluvia- precisamente en noviembre hace que sea más romántico. Lo sientooooo, me estoy volviendo de un pasteloso insoportable.
    ¡Besos edulcorados!

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  4. idgie:
    Gràcies a ton cosí i al novio vam poder tenir una conversa "normal" i el brother no va monopolitzar el dinar. Sí, pobreta sogra...
    Quan vulguis! ara al menys ja sabem el camí ;D

    Petonets a mil!

    Pd:jajaja que cabrona :p però és que aquell prat al cim de la muntanya demanava que algú hi ballés al so del "the hills are alive..."


    el sofà taronja:
    Per algun lloc s'ha de notar la quantitat de cinema que m'he tragat! jajaja m'agrada això de tenir un estil narratiu molt cinèfil ;)
    Quan vulguis! em sembla que li he agafat gust a això de pujar muntanyes :D


    Galia B.
    Exacto, la palabra es peculiar! jaja Creo que Woody Allen tendría mucho material cinematográfico con nuestras familias...
    Una boda en la casa Batlló??! que guay! debió ser precioso! espera cuando vuelva y visite el resto de la ciudad, le va a gustar todavía más. Ya sé que no soy objetiva con Barcelona, pero es que realmente es una de las ciudades más bonitas del mundo. Me ha hecho gracia eso de que soy la única catalana que conoces! jajaja

    ¿Debo deducir que ese estado pasteloso se debe a que "ese encuentro" salió de maravilla? :D Cuando estás enamorada hasta la lluvia parece romántica, verdad? ;)

    Besos sonrientes!

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