jueves, 15 de mayo de 2014

Egoísmo librero


"De llibres i paraigües no se'n tornen gaires", refrán popular catalán
 ("de libros y paraguas no se devuelven demasiados")


Jean Seberg

No me gusta prestar libros. Si lo hago, es una muestra de confianza para con esa persona. O sé, simplemente, que es alguien que trata a los libros con el mismo cuidado con que lo hago yo. Odio que la gente no me los devuelva o que lo haga en mal estado: esquinas dobladas, páginas manchadas y arrugadas, lomos desbocados... Sí, con mis libros soy muy maniática y puntillosa, sobretodo si me gustan mucho.
Una vez alguien me explicó la historia de una chica que, cuando viajaba, arrancaba las páginas de los libros a medida las iba leyendo. Así los libros no le ocupaban espacio en el equipaje. Lo encontré de un pragmatismo salvaje.
Cuando empezábamos a salir, le presté un libro a Id. Al cabo de unas semanas vi que lo llevaba en el coche, tirado por el suelo y con las puntas de las hojas dobladas. En ese instante estuve a punto de dejarla. Es broma, pero me molestó y se lo dije. Desde entonces cuida tan bien de mis libros como de sus cámaras.

Mi hermana pequeña es terrible con las cosas prestadas: o las estropea o acaba apoderándose de ellas y al cabo de unos meses afirma rotundamente que aquello "es suyo". Pues bien, me pidió prestado mi ejemplar de Buenos días, tristeza de Françoise Sagan, y me temí lo peor. Por suerte al final lo encontró en la biblioteca en versión original y prefirió leérselo en francés. ¡Uf! suerte, le tengo un especial cariño a ese libro. Me lo compré cuando tenía 17 años de la forma más tonta. Me gustó su portada, me intrigó su título y el poema de Paul Éluard que encabeza la novela. 
El libro me gustó como solo puede hacerlo una lectura a esa edad, cuando se lee como quien espera una revelación. Además me fascinaba -y a la vez me frustraba- que una chica de mi edad hubiera sido capaz de escribir un libro como ese (Françoise Sagan tenía 17-18 años cuando escribió Bonjour tristesse). 
Luego descubrí que la foto de la cubierta pertenecía a un fotograma de la adaptación cinematográfica de la novela; y esa chica tan guapa, con el pelo a lo 'garçon', era una actriz americana que se llamaba Jean Seberg. Cosas del azar, al cabo de unos meses, emitieron esa película en la tele y me gustó tanto como la novela. 
La película hizo, que de rebote, quisiera ver À bout de souffe y que después me interesara por la Nouvelle Vague y el cine francés.

Curiosamente una de mis citas preferidas de Buenos días, tristeza aparece en el libro que me estoy leyendo ahora: Qué hacer cuando en la pantalla aparece THE END, de Paula Bonet. Fue el libro que Id me regaló para Sant Jordi, con una dedicatoria de la misma autora incluida. ¡Me hizo muchísima ilusión!

Paula Bonet dedicándome su libro (foto: Id)

El libro es una pequeña obra de arte: las ilustraciones de Paula Bonet son preciosas (me encanta todo lo que hace esta mujer), y sus 40 historias son una delicia. Incluso la manera de anotar las citas, al final del libro con pequeños dibujos, es original.  
Olerlo, tocarlo, leerlo, observar con deleite sus ilustraciones, es todo un placer. El libro en sí, ya es un objeto bonito: da gusto verlo, tenerlo en la estanteria o sobre la mesa.
Y sí, evidentemente, este libro NO se lo voy a prestar a -casi- nadie (Id, ya sabes que tú eres la excepción que implica ese 'casi'). 
¿Os pasa lo mismo con vuestros los libros? ¿Y si no, que otra cosa no prestaríais jamás?

24 comentarios:

  1. Yo tengo dos libros prestados-perdidos. Me da un poco de rabia, pero como me los había comprado yo, siempre puedo volver a comprarlos. No le tengo apego a nada, presto todo... y (casi) siempre todo vuelve bien.

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    1. Cuando los libros-prestados perdidos no me gustan, no me molesta tanto que no me los devuelvan. Pero si el libro fue el regalo de alguien especial es cuando más me molesta que no lo hagan.
      Es una suerte no tener apego a nada y poder prestarlo todo.
      Un beso :)

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  2. ¡Somos iguales! He tenido que optar por no volver a prestar libro alguno porque ya van varios que no han regresado nunca a mis manos. No entiendo la manía de aquellas personas por quedarse lo que no es suyo, mucho menos un libro.

    Y me ha encantado el trabajo de Paula Bonet. Vi el video y debo confesar que me encantó ese pasaje. Es una pena que ninguna librería de México tenga su trabajo, pero ya veré la manera de conocerla más :)

    Muchos besos, gracias por seguir visitando mi Siberia, y mucho éxito con toda la lectura que haces y la que viene.

    Posdata: ¿Sabías que se rumora que Jean Seberg y Carlos Fuentes fueron amantes poco antes de que ella se suicidara, y que le dedicó el relato "Diana o la cazadora solitaria"? Cuando mi novio me contó la historia, quedé muy triste. Parece que ella tuvo una vida muy difícil.

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    1. A base de perderlos, también he optado por no prestar más libros. Es una lástima, pero hay gente que no valora las cosas ni cuando son ajenas. Cuando alguien me deja un libro lo trato con cuidado e intento devolverlo lo más rápido que puedo.

      El libro de Paula Bonet es precioso! Ojalá puedas conseguirlo vía internet, te encantaría :)

      Disfruto mucho visitando tu Siberia, allí descubro textos y poemas preciosos. Gracias a ti por pasarte y comentar :D
      Besos!

      Pd: Algo había leído sobre ese affair. La vida de Jean Seberg fue tan trágica y triste... Ahora tengo curiosidad por leer ese relato, a ver si lo encuentro, gracias!

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  3. prestar cosas a las que tienes mucho apego es delicado, puede que no todo el mundo tenga el mismo cuidado que tú, el mismo mimo, y es inevitable cierto recelo, es como dejar tu guitarra, no te gusta que cualquiera le ponga los dedos encima! tengo el libro de Paula Bonet en casa, un par de ilustraciones suyas, incluso, mi novia es fan total :)

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    1. Al final, después de algunos disgustos, he optado por no dejar libros a casi nadie. Es una lástima, porque me gustaba compartir lecturas, pero como bien dices, no todo el mundo trata las cosas con el mismo cuidado.
      Hay una tienda en Gràcia donde venden ilustraciones de Paula Bonet, cuando pueda me algo con algunas y las cuelgo en casa :D
      Tu novia tiene buen gusto ;) jajaja

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  4. Hiro!!! Yo también hago como tu hermana pequeña ("me apropio las cosas"), solo cuando ya la otra persona no las usa y yo creo que le puedo seguir sacando partido.
    Me pasa con muchas cosas: libros, películas y trabajos de clase. Pero lo que no soporto es que me pidan una foto que he hecho yo misma. Esa foto que me piden es un recuerdo que he inmortalizado con todo el cariño del mundo y NO LO COMPARTO (si que las enseño pero no comparto). Es una pequeña manía que he heredado de mis padres... hehehehe
    Feliz semana!!!

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    1. Bien, apropiarme de las cosas cuando la otra persona ya no las usa también lo hago yo, jeje Diríamos que le otorgamos "otra vida" que las reutilizamos, ¿verdad? ;D
      Entonces no podrías ser fotógrafa profesional, no? jaja A Id le robaron una foto vía facebook y el ladrón, cuando lo denunció, todavía tuvo la caradura de insultarla!!! hay gente muy imbécil que no respeta nada...

      Igualmente True! Un beso :)

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    2. Hahahaha creo que no podría XD pero si es trabajo podría hacer una excepción siempre que las fotos sean del trabajo... las que hiciese fuera de la jornada me pasaría lo mismo XD
      Claro!!! Pero luego cuando las reutilizas aparece el típico o la típica que lo quiere volver a recuperar ¬¬

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  5. Completament d'acord: no suporto que no tinguin cura de les coses que deixo (llibres, CD's, pelis...), i molt menys que no me'ls tornin, per tots els records i històries que hi ha al darrere d'allò que per algú altre pugui semblar només un simple objecte. En l'acte de deixar una cosa hi ha un punt de confiança, complicitat i estima, i de voler que aquella persona a qui li deixes pugui sentir el plaer que t'ha proporcionat aquell objecte. I res més just que aquella persona ho correspongui tractant-lo amb cura i interès. No fer-ho és faltar al respecte a la persona que t'està deixant allò. Em treu de polleguera la gent que no ho fa

    (no havia vist mai cap imatge de Paula Bonet, i realment és com els seus dibuixos! Ara surt fins a la sopa! Ai, aquest petit nostre país de tendències obsessives...)

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    1. Exacte! és una falta de respecte i de consideració enorme! m'agrada deixar llibres a les persones que sé que gaudeixen llegint tan com jo, perquè m'agrada compartir aquella l'experiència única que m'ha donat un llibre.
      La gent que no respecta les coses dels altres no entèn que no és tracta sols d'un objecte, ni que al darrera d'aquella cosa hi ha una història i una vivència que la fa especial, i és precisament això el que l'altra persona et presta.

      (Sí! jaja jo vaig pensar el mateix. Ara quedaré com una hipster -cosa que no sóc, eh??- però a mi els dibuixos de la Bonet m'agraden des de fa molt de temps, ara s'està tornant massa mainstream.. jajajaja)

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    2. 100% d'acord, Hiropster!! ;D

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  6. Oye Amelieeee, quiero verte y a la fotógrafa también. Cuando dices que vienes a la city????
    besos a diestra y siniestra.

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    1. Y nosotras!! :D ¿ya has vuelto?? vendré la próxima semana! te aviso vía facebook ;)
      Petonets!

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  7. Genial!!! y sobre el post, no soy lectora, ya me gustaría tener el habito y no prestar ni uno solo de los libros que atesoraría.

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  8. Tampoco presto libros, o en todo caso, lo hago a gente que sé que lo cuidará bajo pena de excomulgación de mi biblioteca y que es igual de cuidadosa con ellos que yo mismo. Fuera de esos pocos, todo está prohibido, incluso acercarse a ellos.

    Saludos

    J.

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    1. Yo hago exactamente lo mismo ;) Me ha gustado eso de "bajo pena de excomulgación de mi biblioteca" jaja

      Un abrazo!

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  9. Ahh, a mí me pasa lo mismo. Dejé una vez mi libro favorito, y nunca más. Ahora solo los dejo a determinadas personas, como dices. Es algo tan personal... no sé.
    Besitos

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    1. Creo que ahora sería incapaz de dejar mi libro favorito a nadie... Es una lástima, pero a base de perder libros una se vuelve precavida y desconfiada.
      Besos :)

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  10. ¿Prestar libros? "vaderetrosatanássss" XD
    Nada nada.... además de que la gente no es demasiado cuidadosa con las cosas de los demás (cosa que debería ser justo lo contrario), a eso se une mi mala malísima memoria y buena voluntad, que hace que hay libros que han desaparecido de mi estantería, porque no me los han devuelto, y pasado el tiempo, a mí se me olvida a quien lo había prestado (también se me olvidó apuntar su nombre en un papel, jejeje, mejor en una agenda, que los papeles los pierdo también :P) En fín....un desastre... Menos mal que con el tiempo olvido también qué libro era y entonces me duele menos la pérdida:P :)
    Aprendí de la experiencia y dejé de prestar libros :) Ni los libros, ni las zapatillas, ni el coche se prestan a (casi) nadie ;)
    Un besooooooo

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    1. jajajajajaja alguna vez también se me ha olvidado que había prestado un libro, y me he acordado cuando lo he buscado por casa y no lo he encontrado; o incluso cuando me lo han devuelto con 3 años!!!! (sí, con 3 años) de retraso.
      Al final, y por culpa de malas experiencias, una acaba no prestando más los libros, y es un lástima porque no hay nada más bonito que compartir una lectura.
      Un beso enorme! :)

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  11. Yo soy como tú, no soporto que maltraten mis libros. Eso de que me los devuelvan con las esquinas dobladas, alguna frase subrayada o anotación me genera un gran malestar. Recuerdo una vez que enseñé un libro de ilustraciones a una amiga y la verdad que sufrí muchísimo al ver como pasaba las páginas.

    Pero lo mismo me pasaba con los libros de texto del colegio. Como me gustara mucho, tenia que subrayarlo con lápiz porque eso de usar un bolígrafo o un fosforito, madre mía, ¡qué crimen!

    Con los apuntes de la oposición, cierto es que los subrayo con fosforitos, hago anotaciones y todo lo que haga falta para darles un poco de alegría porque si no, no hay quien se los estudie ;)

    Un beso

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    1. Cuando veo a alguien manosear de manera torpe mis libros, sobretodo si son de ilustraciones, me pongo nerviosa. Y si me los rayan o doblan ni te cuento...
      jaja a mí también me pasaba lo mismo con los libros del cole. Además algunos los heredaba de mis hermanas y era dramático el estado en que me llegaban.
      Los apuntes de oposición son tan aburridos que ya les vendrá bien un poco de color y alegría, jaja
      Ánimos y suerte! :D

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